miércoles, 15 de julio de 2009

El vagón de la muerte


Directamente a DVD llega a España la última incursión de Clive Barker en el mercado del audiovisual: El vagón de la muerte (cuyo cárnico título original es The midnight meat train). Cuando comenzó a rumorearse la gestación de esta película, todo apuntaba a que iba a suponer el retorno de Barker a la dirección cinematográfica. Pero, finalmente, la tarea recayó en Ryuhei Kitamura (Versus, Alive, Azumi), quien ha sabido plasmar con eficacia el perturbador universo del creador de Hellraiser.

No tenemos aquí personajes en busca de nuevas experiencias que utilizan extraños cubos para abrir puertas dimensionales; pero toda la película gira en torno a la fascinación por lo prohibido (una de las constantes de la obra de Clive Barker). El fotógrafo protagonista de la película (un convincente Bradley Cooper) descenderá paulatinamente a los infiernos, en busca de esa instantánea definitiva, adentrándose en parajes de misterio y experiencias extremas dignas de las torturantes propuestas de Pinhead. El ser humano como explorador de los convencionales límites que lo circundan, mordiendo con aterradora pasión los prohibidos frutos de un paraíso que se torna infierno. La literatura de Barker, de obvias reminiscencias religiosas, plantea en clave fantástica la tragedia del hombre en proceso de mutación, perdiendo su dicha al alcanzar conocimiento. Puro existencialismo (repárese en la formación filosófica del escritor) adornado con una atractiva patina esotérica que, en el caso de la película que nos ocupa, Ryuhei Kitamura plasma en imágenes impactantes, dignas de manga extremo.

No os la perdáis.

martes, 14 de julio de 2009

Paintball


En las habitualmente sosas carteleras veraniegas suele haber inesperadas sorpresas. El año pasado una película menor titulada Venganza y protagonizada por Liam Neeson (aunque creo hubiera sido perfecto vehículo para Jean Claude Van Damme) consiguió atraparme tal y como hace escasas horas lo ha hecho Paintball, la última propuesta de la Filmax en tanto en cuanto a cine de terror se refiere.


Un frondoso bosque sirve de inquietante marco de fondo a una película influida por títulos tan aplaudidos como Deliverance o El proyecto de la bruja de Blair. Daniel Benmayor ha aprendido bien en el campo de la publicidad (donde se ha forjado como realizador) a mantener el suspense y a crear momentos impactantes con una nada desdeñable imaginación que suple la falta de recursos. Así las cosas, la inusual propuesta de la película comienza a funcionar desde sus primeras escenas (complejos planos secuencia espléndidamente rodados) y, a pesar de que el interés decae en algunos momentos puntuales, termina convenciendo gracias a sus magníficos veinte minutos finales. Estéticamente, Paintball se adscribe a la moda de títulos rodados cámara en mano como Rec (otro gran éxito de Filmax), si bien, en esta ocasión, apenas hay un uso sistemático del plano subjetivo. Si que sin embargo se parece a la obra maestra de Balagueró y Plaza al no terminar de explicar claramente el enigma sobre el que se fundamenta la acción (lo que no deja de ser una de las reglas de oro del género).


Inteligencia y buen hacer para una muy estimable ópera prima que confirma el buen cine de género que últimamente se cultiva en nuestro país. No os la perdáis.

lunes, 13 de julio de 2009

Yo no soy tonto


¡Como un zombi surgido de película de Romero! Así se abalanzó sobre el pobrecillo cliente que esto escribe la guardia de seguridad de Media Markt. Por fortuna no mordió mi cuello sino que su agresividad iba dirigida al interior de unas bolsas que yo portaba. A pesar de que suelo pagar todo lo que compro, me resistí a enseñar lo que mis bolsas contenían; pero la de seguridad insistió y, por no llegar a mayores conflictos, accedí.


Dada mi afición al cine, soy cliente del susodicho establecimiento desde su apertura, pero, debido a las tremendas sospechas que últimamente despierto, no voy a ser tan tonto como para continuar pagando parte del sueldo de quienes muestran tamañas descortesías para conmigo. En un centro comercial hay muchos establecimientos, por lo que es habitual que uno entre en una tienda con compras efectuadas en otra. Puras normas del juego capitalista. ¿Es ético sospechar de todo quisque y factible molestar a quienes salen sin pasar por caja? Seguro que al respecto hay opiniones diversas, pero resulta obvio que no es estético y que daña la imagen tanto del comercio en cuestión como del sorprendido cliente (yo mismo en este caso).


Posiblemente esté equivocado, pero el personal de seguridad debe velar por el bienestar de la clientela y, obviamente, parar a quien corresponda cuando se tenga la certeza de que el hurto se ha producido (no por vulgar norma). Sin embargo, hay quien por llevar un uniforme de empresa privada (otra cosa es el uniforme oficial de las fuerzas de seguridad del Estado) se cree con el derecho de importunar a cualquiera para fisgar en la intimidad de sus bolsas. Imagino que lo pertinente hubiera sido presentar una denuncia, pero, qué caramba, llevaba prisa y ganas de gastar ese dinerito rico que, por supuesto, va a dejar inmediatamente de engrosar las arcas de quienes me tocan lo que no deben.

jueves, 9 de julio de 2009

Mil gritos tiene la noche


En esta ocasión dedico breves palabras a otro de los títulos de mi extraña colección en VHS. Un clásico del cine fantaterrorífico (como diría Paul Naschy) español: Mil gritos tiene la noche, dirigida en 1982 por el gran Juan Piquer Simón. Estamos ante una tópica película de ambiente juvenil (la trama transcurre en un campus universitario) cuyos protagonistas van muriendo de uno en uno. Mil gritos tiene la noche sigue en este sentido la estela de Viernes 13, si bien su singular asesino va armado de una sierra mecánica (reminiscencia de La matanza de Texas), lo que da lugar a una antología de escenas fuertes que elevan la película a la categoría de obra de culto del “gore”. Pero el pastiche no termina ahí, semejanzas con el Psicosis de Hitchcock (y con La residencia de Narciso Ibáñez Serrador) terminan de aderezar un entretenido producto con un sorprendente final (gran susto incluido) que liga la película a los terrenos del fantástico (inesperada venganza de ultratumba).

Mil gritos tiene la noche fue un éxito en taquilla tanto en España como en el mercado internacional (en Estados Unidos obtuvo, junto con Slugs, uno de los mayores éxitos de su director). A Juan Piquer le debemos otros irrepetibles títulos (que también reposan en los estantes de mi videoteca en VHS) como Supersonic Man, Misterio en la isla de los monstruos, La grieta o La mansión de Cthulhu. Auténtico y delicioso cine de barrio que, desde este blog, invito a recuperar.

miércoles, 8 de julio de 2009

Inframan



En la foto adjunta, mi copia en VHS de Inframan, película de 1975 de la Shaw Brothers que me entusiasmaba de pequeño… y de mayor. Inframan es un extraño personaje cibernético creado por un doctor para afrontar una mortal invasión alienígena. La película es una imparable sucesión de luchas entre el héroe que da título al espectáculo y una caterva de monstruos digna del más carpetovetónico de los imaginarios. Una película de acción fantástica de artes marciales, pura serie B filmada, eso sí, en formato “scope”, y con un uso del color que le da un aspecto “kitsch” absolutamente irresistible hoy por hoy. Si no habéis tenido jamás oportunidad de verla, no os la perdáis: un clásico absoluto de la “freaknefilia” y todo un antecedente de Bioman o los Power Rangers magníficamente dirigida por Shan Hua.

lunes, 6 de julio de 2009

Terror en el mar Egeo


Y seguimos con nuestros articulillos dedicados a esas películas de culto que acabo de rescatar de mi polvorienta videoteca. En esta ocasión le toca el turno a Gomia, un clásico de 1980 firmado por Joe D’Amato que se tituló en nuestro país Terror en el mar Egeo. La película también obedece al nombre de Antropophagus, dado que el enloquecido asesino de la misma tiene un insaciable apetito de carne humana. Esta película se vincula por méritos propios al cine más sensacionalista y morboso del momento. Es un título excesivo y de gratuita violencia, y en ello radica su valía, puesto que de lo contrario sería un insufrible tostón. A pesar de algunos aciertos de su fotografía, planificación y puesta en escena, no estamos ante un ejemplo de cine de terror poético, contenido y elegante, sino ante una propuesta impactante y explícita. Entre sus exquisiteces destacan un feto arrancado y devorado por el loco caníbal y, sobre todo, su delirante final; cuando el enloquecido antropófago devora sus propias vísceras en un acto de insania demencia que sin duda inspiraría las mejores pesadillas de Clive Barker.

Por otra parte, el esquema argumental de la película es tan tópico como el de los excursionistas jovenzanos que llegan a un inhóspito lugar donde serán masacrados por turno. ¿Les suena? Pero todos sabemos que en este tipo de películas el guión es lo de menos. Joe D’Amato, inteligentemente, se sirve de esta premisa para servirnos lo que queremos: puro “gore” a la italiana. ¡Al dente! ¿Para cuándo un ciclo al respecto en nuestra Filmoteca?

Si tenéis ocasión de verla (y no precisamente en la Filmoteca). No os la perdáis.

Y mañana… ¡Más!

Dawn of the dead


Una de las joyas de la corona. Mi copia de Dawn of the dead (1978) que adquirí en un puesto para coleccionistas del Festival de Sitges hace ya bastantes años. Como ya saben nuestros oyentes, me gusta recomendar películas para los jóvenes curiosos, así que, si todavía no habéis disfrutado de este clásico de George A. Romero, no dudéis en hacerlo. Posiblemente seréis fans del excelente “remake” dirigido por Zack Snyder, pero siempre es bueno conocer los orígenes para mejor disfrutar de los descendientes. Dawn of the dead (Amanecer de los muertos) se estrenó en España, tal y como decíamos ayer en este blog, con el título de Zombi. Esta versión para el mercado europeo fue montada por Dario Argento, con música de Goblin (el grupo de rock sinfónico que facturó algunas de las mejores bandas sonoras de sus películas). Zombi, a diferencia del montaje norteamericano, dura alrededor de cien minutos. La copia en VHS que aparece en la fotografía es sin embargo el montaje del director de la película, con una banda sonora distinta. ¿Cuál de las dos es mejor? Cualquier buen aficionado debe ver las dos versiones, pues estamos ante uno de los grandes clásicos de la Historia del Cine Fantástico, la gran producción zombi por excelencia. El montaje de Argento es más dinámico y contiene planos explícitos que desaparecen en el montaje de Romero. Pero el montaje de Romero es mucho más largo (unos ciento cuarenta minutos) y contiene escenas que no aparecen en la versión de Argento (la más famosa es la del zombi que pierde su cráneo gracias al efecto de las aspas de un helicóptero). Es decir, que la versión definitiva y esencial sería una mezcla de ambas.


Imagino que, hoy por hoy, ver el montaje de Romero a través de Internet será bastante sencillo. En España, la versión de Argento está al alcance de cualquiera en los establecimientos habituales. Personalmente os recomiendo el estuche metálico (cargado de extras) que contiene las tres primeras partes de la saga. La noche de los muertos vivientes es un clásico y El día de los muertos no tiene nada que envidiar a Zombi. Si os gustan (que os gustarán) podéis también comprar la excelente cuarta parte (La tierra de los muertos vivientes) y, dentro de muy poquitos días (el ocho de julio), El diario de los muertos. El diario de los muertos es la quinta parte de la saga y una de las mejores películas de George A. Romero. Tras su problemática distribución cinematográfica en nuestro moderno país sale ya a la venta en DVD.


Y recordad: "When there is no more room in hell... the dead will walk the earth."


Y mañana... ¡más!

domingo, 5 de julio de 2009

Nueva York bajo el terror de los zombi


Después de unos días de asueto en tanto en cuanto a actualización de este blog se refiere, vuelvo a la carga con una serie de breves artículos dedicados a algunas piezas de mi colección “freaknéfila”. Hete aquí que, por motivos de mi mudanza hogareña, he tenido que desempolvar un buen montón de películas (en formato VHS) a las que he decidido rendir un pequeño homenaje. Todas ellas pertenecen a ese pasado inmediato en el que conseguir ver una rareza no era cuestión de teclear nombres en el eMule. Había que cartearse con coleccionistas, patearse rastrillos o inmiscuirse en la trastienda de videoclubes diversos. Como puede distinguirse en la foto, Nueva York bajo el terror de los zombi pertenecía a uno de los locales más surtidos de Zaragoza: el videoclub Almozara. Tenía una impagable sección de películas fantásticas y de terror para alquilar a precios muy baratos o, por un poco más de dinerillo, comprar. Tras sencillas negociaciones me hice con esta copia de uno de los incontestables clásicos de Lucio Fulci (maestro del fantástico y del “gore” europeo).


Nueva York bajo el terror de los zombi se produjo gracias al éxito del clásico de George A. Romero, Dawn of the dead. Dawn of the dead fue estrenada en Italia y España con el título de Zombi, debido a lo cual la película de Fulci se tituló en su versión original Zombi 2. Sin embargo, en España, fue estrenada como Nueva York bajo el terror de los zombi, a pesar de que tan solo el prólogo y el epílogo transcurren en dicha ciudad. Casi toda la trama se ubica en una remota isla. Sin alcanzar la taquillera rentabilidad de la película de Romero, la película de Fulci fue un éxito. Dentro de su impactante catálogo de imágenes se encuentra una de las más aclamadas escenas del “gore” europeo (la lenta y torturante incrustación de una astilla de madera en el globo ocular de una de las protagonistas), aunque yo prefiero quedarme con una de las escenas más carpetovetónicas e imaginativas de la Historia del Cine (la lucha de un tiburón y un zombi en el fondo del océano). ¡Sí, han leído bien!


La película está editada en DVD, aunque verla con la textura característica del VHS (con algún que otro salto de imagen) tiene su halo de nostalgia. Quien quiera recuperar este título, fundamental para todo “freaknéfilo” que se precie, no dude en hacerlo; no lo lamentará. Para disfrutar sin prejuicios intelectualoides en una soleada tarde de verano, frente al televisor, con un buen café con hielo (o mejor compañía) al lado.


Como nota final, decir que la película tuvo una continuación, Zombi 3 (esta sí que se distribuyó en España con dicho título). Según Fulci me dijo (sí, estoy presumiendo de haberlo conocido, poco antes de su muerte, por cierto), Zombi 3 era su peor película; aunque, como curiosidad, era la primera vez que los terribles zombis se atrevían a corretear y dar algún que otro salto (mucho antes de las aclamadas películas de Dany Boyle o Zack Snyder).


Y mañana, más...