martes, 13 de abril de 2010

A vueltas con...



...Dario Argento. Yo a la mía, con mis directores favoritos. Ya he conseguido ver la última película del creador de Rojo oscuro, Suspiria e Inferno (tres obras maestras que nadie debería perderse). De acuerdo, Giallo no está a la altura de otras de sus arriesgadas propuestas, pero me sigue pareciendo un bocado de buen cine. Desde hace tiempo que Argento ha abandonado aquel barroquismo que le caracterizaba. Ahora es mucho más contenido, rápido en sus planteamientos y raudo en sus resoluciones: eficacia y ritmo antes que atmósfera y preciosismo. Pero sigue siendo él. Quizás por problemas de producción (se nota que sus películas más recientes no son tan caras como las de su etapa dorada), Argento opta por el minimalismo, la sencillez, la contención; pero de esa cura de humildad estética surge un elegante estilo de maestro reinventado.


Giallo la protagonizan Adrien Brody y Elsa Pataky (a la que el malo le hace alguna que otra barrabasada), aunque Emmanuelle Seigner lleva casi todo el peso femenino. Uno encuentra lo que espera ver en una película de Argento (con referencias explícitas a su propio universo cinematográico) pero, al mismo tiempo, descubre todo lo contrario (y no quiero desvelar nada). Tan solo dura noventa minutos, por lo que casi no queda tiempo para pestañear. Atención a la resolución de la película. La mayoría diréis que es horrenda y absurda, pero a mí me ha parecido magistral.


En resumidas cuentas. Creo que el cine de hoy nos tiene mal acostumbrados. Todo tiene que ser grandilocuente, muy elaborado, largo, "avatariense". Muy bien, muy bien, pues yo me quedo con mi Argento y su Giallo que, como viene siendo habitual, ni se ha estrenado ni se estrenará.

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