viernes, 25 de septiembre de 2009

Esa profesionalidad...

Los cines se han ido transformando, por esa dejación de formas de la que cada vez más hacemos gala en este pintoresco país, en lugares algo incómodos. Espectadores que hablan o que propinan patadas constantes en la butaquita de delante (donde yo suelo estar sentado) son fauna habitual de las salas.

El otro día me las prometía yo muy felices cuando, en compañía de mi novia, me disponía a ver San Valentín sangriento 3D en los cines Aragonia. Tan solo vislumbrábamos a otro espectador, sentado en el otro extremo de la sala. Pero, hete aquí que, en mitad de la proyección, se abrió la puerta y entró un empleado que no encontró mayor problema en sentarse cerca de nosotros y obsequiarnos, durante unos veinte minutos, con una extraña conversación que mantenía con alguien gracias a esos horrendos comunicadores que llevan quienes trabajan en los cines modernos.

¿De qué me sirve apagar el móvil? ¿De qué el ir a sesiones intempestivas evitando posibles espectadores molestos si ya los mismos profesionales parecen haber perdido su (valga la redundancia) profesional condición?

martes, 22 de septiembre de 2009

San Valentín sangriento 3D


Espectacular versión del clásico de los 80 que alcanza gracias a las 3D y a la alta definición una estética de lo más singular. Sin la gracia de los efectos tridimensionales, San Valentín sangriento 3D pasaría a ser un “body count” soso y previsible; pero su director, Patrick Lussier, a quien debemos películas interesantes como Drácula 2000 y bodrios infumables de la talla de White noise 2 resuelve el entuerto con dignidad (sobre todo si tenemos palomitas y Coca Cola cerca y, a ser posible, adolescentes gritones).

domingo, 20 de septiembre de 2009

Ya se acerca...


Como todos los años, Sitges se acerca o, mejor dicho, está ya a la vuelta de la esquina. Este año, el festival de cine fantástico más importante del mundo está dedicado a Alien, el clásico de Ridley Scott. En estos momentos, como pueden imaginarse, servidor se encuentra haciendo ecuaciones para casar horarios y ver la mayor cantidad de películas posibles sin desatender esos momentos maravillosos de paseos marítimos, cafecitos y paellas (pues no solo de cine vive el hombre).

Entre lo que con total seguridad veré, y que comentaré a su debido tiempo en este blog, se encuentran: Thirst, Grace, Pandorum, The hole 3D, Orphan, George A. Romero’s Survival of the dead, La horde, Enter the void, The imaginarium of doctor Parnassus… La lista es mucho más largaaaaaaaaa; pero creo que esto puede ser lo más interesante (por si alguien anda algo despistadillo). Este año, el festival pinta pero que muy bien. No obstante, pueden acceder a toda la información y elegir las películas que más les apetezcan (las hay a cientos) en la elaborada página web del evento: http://www.cinemasitges.com/


¡Hagan ya sus reservas!

martes, 15 de septiembre de 2009

Distrito 9


Apadrinado por el oscarizado Peter Jackson, Neill Blomkamp elige una adecuada estética documentalista para servirnos una singular película de invasión alienígena plagada de obvias referencias a una realidad social, la nuestra, que se antoja mucho más bizarra que los horrores imaginados por los grandes maestros de la ciencia ficción. Así las cosas, Distrito 9 emana marcada personalidad propia desde sus primeros planos. Interesa y engancha al espectador, sin soltarlo hasta el final, tanto por su trascendente fuerza dramática como por su nada desdeñable sentido del espectáculo. Es cine con trasfondo sin renunciar al entretenimiento, cuento para adultos sin renegar de simplicidades. Un aplaudible ejercicio de estilo que guarda un equilibrio perfecto entre el sainete y la tragedia, con un plano final precioso que cierra el producto con broche de oro.


¿Clásico inmediato? Posiblemente.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Mapa de los sonidos de Tokio



He visto toda la filmografía de Isabel Coixet y he prestado además sumo interés para ver si consigo disfrutar de las excelencias que muchos destacan de su cine. Me enseñaron, y creo que con acierto, que no hay que quedarse en la mera superficie del “me gusta” o “no me gusta”, sino que, para obtener ciertos placeres, son necesarios ciertos sacrificios. Pero, con el cine de la Coixet, no lo consigo ni a la de veintitrés. Ese universo que refleja “la esencia de lo femenino”, según me dicen algunas entendidas amigas mías, debe ser tan incompatible conmigo como con ellas lo es el mundo de Lynch, Cronenberg o Lars von Trier. Cuestión de sensibilidad pervertida (la mía, sin duda). En Mapas de los sonidos de Tokio sólo consigo ver la superficie de la hoja, jamás el envés. No distingo más allá de la mera estética de anuncio de colonias alargado y opino que a esta gran directora (según mis amigas) le ha venido la inspiración tras una noche de insomnio tragándose la filmografía de Wong Kar Way y, quizás, alguna lindeza “made in Takashi Miike” que le habrá prestado otro gran director (según yo): Jaume Balagueró. Pero su última propuesta cinematográfica, que pasó sin pena ni gloria por el Festival de Cannes (es decir, no fue ni tan siquiera abucheada), no alcanza ni las cotas de belleza, profundidad y transgresión de uno u otro. El cine de Isabel Coixet siempre me ha parecido falso y descafeinado (a pesar de los esfuerzos de excelentes intérpretes como Tim Robbins o Sarah Polley). No me llega. No me transmite nada. Me aburre insondablemente.

Las escenas eróticas de Mapas de los sonidos de Tokio me resultan trasnochadas y pasadas de moda (les recomiendo El imperio de los sentidos). Su suspense no me emociona (vean antes, si no lo han hecho, La sombra de una duda). Sus personajes no me los creo y, por ende, no me interesan sus problemas (¡qué bonita que era, por ejemplo, Barry Lindon!). ¡Qué mal que está además el gran Sergi López, cuán al menos, en la horrorosa versión doblada!


Pero no se crean nada de lo que he dicho. Insisto. El problema es mío. No consigo conectar con el mundo de esta artista. Qué se le va a hacer; si yo soy de los que aplauden Anticristo a la par que defienden el cine de José Luis Garci; si prefiero leer antes a Fernando Fernán Gómez que a Murakami. Si es que soy de un rarico…

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Enemigos públicos


El director Michael Mann transfigura al gánster John Dillinger en bandido romántico, agresivamente hermoso en su imposible intento de desestabilizar ese sistema capitalista que, a fecha de hoy, se antoja bestia despiadada para más de un despistadillo atrapado en sus insensibles fauces. El personaje de Johnny Depp atenta contra las temibles instituciones bancarias cual émulo de Robin Hood de principios de un siglo, el XX, que ha sido testigo de dos guerras mundiales de las que dependía el futuro de ese mundo supuestamente libre, el nuestro, que defendieron los mismos soldados que custodian a Dillinger en una sintomáica escena de la película.


Tras el personaje de Johnny Depp late la sociopatía del asesino a sueldo de esa otra gran obra de Mann que es Collateral, donde Tom Cruise encarna a otro de los grandes reos de muerte de la poética “filmnoir” de los últimos años, que parece tomar el testigo de aquel impecable Alain Delon de El silencio de un hombre de Jean Pierre Mellville.


Enemigos públicos tiene el elegíaco tono decadente del antihéroe que camina hacia la muerte por una causa perdida y, a la par, la profesional perfección plástica a la que acostumbrados nos tiene el creador de Corrupción en Miami.



Es posible que, como ocurrió con El caballero oscuro, su estreno veraniego la aleje en el 2010 de las más importantes nominaciones, aunque opino que Hollywood tiene ganas de premiar a Johnny Depp, y que el polémico Christian Bale se quedará, una vez más, con las ganas incluso de ser nominado (tiempo al tiempo). Quizás mejor suerte corran las nominaciones a otras categorías como vestuario, montaje o incluso creación y edición de sonido (espléndidos ambos trabajos).


Enemigos públicos es una película espectacular que no debe perderse ningún buen aficionado al cine negro con ínfulas de patada testicular a los valores más establecidos y defendidos por los poderes actuales, heredados del ayer.

martes, 8 de septiembre de 2009

Ya queda poco...

Queridos amigos, ya queda poco para que volvamos a tener contacto en ese pequeño espacio radiofónico del que este blog pretende ser mero complemento. En nuestro primer programa, en el que analizaremos el cine del periodo estival, le propondré a Belén Vicente una partida de póker. Mi cuarteto es el siguiente: Enemigos públicos y Anticristo (que forman una estupenda pareja, cada cual en su especie) junto a Harry Potter y Exorcismo en Connecticut (que han sido dos de los bodrietes que me he tragado durante las vacaciones).
La verdad es que ha sido éste un veranillo bastante lamentable en tanto en cuanto a la cuestión cinematográfica se refiere, rematando la jugada ese Mapas de los sonidos de Tokio (ya saben ustedes que yo no soy muy devoto de doña Isabel Coixet), si bien nos ha salvado de la quema una película que les recomiendo a pesar de que llega con retraso a nuestras pantallas: Frozen river. Pero de todo esto y de mucho más hablaremos a partir del viernes o, en este blog, a partir de mañana mismo (prometo volver a sacudirme mi natural tendencia a la pereza).

Besicos “freaknéfilos”.