miércoles, 28 de octubre de 2009

...y libertad


Un pequeño inciso en la relación que estos días llevo a cabo respecto a todo lo que he podido ver en el Festival de Sitges (todavía tengo en el tintero algunos títulos de los que hablar). Paciencia, amigos. Pero ahora tengo que tratar, obviamente, de la polémica que concierne a una de esas películas que todos esperábamos: Saw VI.


Al parecer, quienes velan por nuestra salud moral (Ministerio de Cultura en este caso) han decidido que los españoles, a diferencia de los ciudadanos europeos y norteamericanos, no tenemos la madurez intelectual suficiente para disfrutar sanamente de cierto tipo de productos, dado que pertenecen al ámbito de lo obsceno y, por ende, incitan a la barbarie y a la violencia. ¿Realmente es el cine de horror responsable de ciertos males sociales? ¿Acaso los factores socioeconómicos no son mucho más responsables que un producto de ficción concebido para celebrar la Noche de Difuntos (Halloween por otros lares)? Seguro que todos ustedes, al leer estas líneas, tienen en mente fenómenos de nuestra democrática sociedad que son muchísimo más indignantes y ofensivos que Saw VI. Por ejemplo...


Recuerdo a Luis Buñuel y su Un chien andalou. Ese corte ocular maravillosamente obsceno, poéticamente provocativo. Quizás vaya siendo hora de plantear el exhibir esta obra magna en la sala x de turno. Seguro que el gran Luis García Berlanga iba a verla, por aquello que dijo de que para hacer cine hacían falta dos cosas: una cámara y libertad. Por cierto, para ver cine, tan solo hace falta la segunda, aunque a lo mejor tenemos que volver a viajar a Perpignan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario