lunes, 6 de julio de 2009

Terror en el mar Egeo


Y seguimos con nuestros articulillos dedicados a esas películas de culto que acabo de rescatar de mi polvorienta videoteca. En esta ocasión le toca el turno a Gomia, un clásico de 1980 firmado por Joe D’Amato que se tituló en nuestro país Terror en el mar Egeo. La película también obedece al nombre de Antropophagus, dado que el enloquecido asesino de la misma tiene un insaciable apetito de carne humana. Esta película se vincula por méritos propios al cine más sensacionalista y morboso del momento. Es un título excesivo y de gratuita violencia, y en ello radica su valía, puesto que de lo contrario sería un insufrible tostón. A pesar de algunos aciertos de su fotografía, planificación y puesta en escena, no estamos ante un ejemplo de cine de terror poético, contenido y elegante, sino ante una propuesta impactante y explícita. Entre sus exquisiteces destacan un feto arrancado y devorado por el loco caníbal y, sobre todo, su delirante final; cuando el enloquecido antropófago devora sus propias vísceras en un acto de insania demencia que sin duda inspiraría las mejores pesadillas de Clive Barker.

Por otra parte, el esquema argumental de la película es tan tópico como el de los excursionistas jovenzanos que llegan a un inhóspito lugar donde serán masacrados por turno. ¿Les suena? Pero todos sabemos que en este tipo de películas el guión es lo de menos. Joe D’Amato, inteligentemente, se sirve de esta premisa para servirnos lo que queremos: puro “gore” a la italiana. ¡Al dente! ¿Para cuándo un ciclo al respecto en nuestra Filmoteca?

Si tenéis ocasión de verla (y no precisamente en la Filmoteca). No os la perdáis.

Y mañana… ¡Más!

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