domingo, 8 de febrero de 2009

El curioso caso de Benjamin Button


La carrera de David Fincher comenzó a interesarme con la menospreciada Alien 3. Creo que su filmografía es sumamente interesante y que la ansiada estatuilla dorada deberían habérsela dado por títulos tan impactantes como The game, El club de la lucha o Seven, su mejor película hasta la fecha. Sin embargo, las nominaciones le han llegado a porrillo con ese pastelero tratamiento de la monstruosidad que es El curioso caso de Benjamin Button. Uno va al cine confiando en que va a disfrutar de un auténtico peliculón, no ya porque venga firmado por David Fincher sino porque la prensa se ha encargado de repetir que estamos ante una de las mejores películas del año. Qué quieren que les diga, lo de Fincher me recuerda, salvando las distancias, a lo de Spielberg, que tuvo que cambiar de registro para ganar ese ansiado Oscar que quizás debieron darle en su momento por una de sus mejores películas: Tiburón. Pero El curioso caso de Benjamin Button está muy lejos de La lista de Schindler (¿y recuerdan El color púrpura?). La extraña historia del niño que nace viejo hubiera sido un vehículo perfecto para otro David, Cronenberg, uno de los directores que mejor ha tratado la transformación y que también ha acariciado el Oscar en alguna que otra ocasión, si bien siempre se ha mantenido fiel a su perturbador estilo y, por supuesto, siempre se ha vuelto a casa de vacío. Pero, posiblemente, en manos del maestro canadiense, la película no sería un folletín de cerca de tres horas, de factura casi televisiva, pensada para quienes no quieren ir más allá del mero cuentecillo convencional, que no conmovedor.

Fincher cambia el sombrío pesimismo de Seven y la radicalidad inconformista de El club de la lucha por un producto amable pero soso, tan artificial como carente de alma, incapaz de agitar a un pobre espectador que, como yo, fan de Fincher desde su Alien 3, esperaba mucho, muchísimo más.

¿Quieren un consejo auténticamente “freaknéfilo”? No pierdan el tiempo con este latazo de lujo y, si jamás lo han hecho, pónganse en DVD La mosca de Cronenberg, versión madura, con historia de amor también incluida, de lo que supone el don de la diferencia. ¡Ah! ¡Y en tan solo ochenta minutos!

1 comentario:

  1. Que defiendas "Siete almas" y le des estopa a esta película no tienen nombre. Bechis.

    ResponderEliminar