sábado, 28 de febrero de 2009

La gran gala alternativa
















Les debía un articulillo acerca de la noche de los Oscars. En la radio ya hemos comentado, en un par de programas, algunos aspectos de la gala, de los nominados y de los ganadores, así que voy a dar aquí una visión distinta, algo alejada del glamour de Hollywood, si bien mucho más grata para mí.

Desde hace ya años, este Freaknéfilo no viaja hasta Estados Unidos para asistir a la gala oficial (jamás lo ha hecho), pero se desplaza encantado, luchando contra el cierzo, la niebla y otros elementos, hasta la casa de un amigo suyo que tiene conexión a Canal Plus, y allí, junto a otro amigo fiel a dicha noche, se lo pasa pipa viendo el asunto en televisión (que quizás sea donde mejor se ve), haciendo porras donde nada se juega (que la economía no está para apuestas) y comentando la ceremonia.

Mi amigo Carlos Gracia, que es como se llama quien nos invita a su casa (todo un generoso gesto que le honra) es uno de los grandes cinéfilos de esta ciudad. Lleva toda su vida entregado pasionalmente al cine y dedicándose al periodismo cinematográfico. Sus críticas siempre son certeras y, si en alguna que otra ocasión pueden mover a discrepancia, merece la pena escucharle o leerle por su elegancia en el decir y humorístico toque. Quien tenga interés en leer sus comentarios puede hacerlo en http://www.elcriticodezaragoza.blospot.com/ o, en una línea más mordaz y relacionada con aspectos sociales (que no solo de cine vive el hombre), puede visitar esta otra dirección: http://www.doctorsugrañes.bogspot.com/ Cuando vemos la gala, Carlos es quien más la vive, pues llega a abrir botellas de champán (si mal no recuerdo, lo hizo cuando triunfó Steven Spielberg) o a enconarse cual bárbaro de Robert E. Howard en caso de que el premiado no sea de su agrado. Para más señas, lleva grabando sistemáticamente todas las galas desde tiempos inmemoriales, pues, en cierta forma, Carlos es al cine lo que Maldini al fútbol.

Luis Miguel Arrechea no se dedica a esto del periodismo cinematográfico (y hace muy bien) pero es uno de los más fieles espectadores de nuestras salas cinematográficas. Yo lo conocí en casa de Carlos Gracia y hemos acabado siendo buenos amigos. Es habitual acudir al cine o al teatro y, zas, encontrarte con Luis Miguel, solo o bien acompañado, en la película o función de turno. Afortunadamente, como es hombre de buen humor, se apunta a lo que le propongas, y ya en más de una ocasión la fiesta ha continuado después de la función. El año pasado se apuntó al viaje al Festival de Sitges, donde nos tragamos unos cuantos bodrios, si bien fuimos testigos de grandes películas como JCVD. Pero su presencia, junto a la de Jaime (veterano en estas lides) e Isabel (que venía también por vez primera a dicho festival), contribuyó a animar el cotarro.

Esta gala alternativa de noche de Oscars comienza a las nueve y media de la noche, cuando Luis Miguel y yo llegamos a casa de Carlos, quien, anfitrión excepcional, prepara la cena. El menú de la última velada incluía un estupendo jamón con pan de pueblo y unas jugosas pizzas “calzone”. Por supuesto, postrecico y cafecico. Durante la velada, patatas fritas, golosinas variopintas e incluso palomitas de maíz. En resumidas cuentas, que ya les gustaría a los invitados a la gala oficial poder asistir a nuestra gran y particular fiesta.

2 comentarios:

  1. Gracias por referirte a mí en tono tan elogioso. Ya sabes que os disfruto en mi casa. Y sí: cuando Spielberg se alzó con los premios por "La lista de Schlinder" abrí el benjamín de cava.

    ResponderEliminar
  2. No faltaremos a la cita. Al año que viene, otra gran fiesta.

    ResponderEliminar