domingo, 31 de enero de 2010

Invictus


El personaje de Matt Damon parece entender, visitando la celda de Nelson Mandela (espléndido Morgan Freeman) que, a pesar de las rejas, un hombre puede ser libre. Mientras confirmo, por enésima vez, que Clint Eastwood es un genio del cine, no puedo evitar recordar unos versos de nuestro Miguel de Unamuno: "Para el pájaro enjaulado, el canto es vuelo." Mandela, rodeado de libros y más libros en algunos de los planos de Invictus; fortalecido por esos versos que se oyen en algunos de los fragmentos del film, pues la poesía es maná de toda persona invencible, capaz de trascender la abyección, ningunear la bajeza abrazando ese estoicismo que conduce a la felicidad, al necesario optimismo del triunfador.


Creo que Invictus es algo más que una película acerca del poder del deporte (en este caso el rugby) para unir al pueblo, creo que es una película acerca del poder de la sabiduría.


A la chita callando, Eastwood factura una obra maestra del cine, conmovedora, a la altura de alguna de sus mejores obras: Cazador blanco, corazón negro, Los puentes de Madison o Million dolar baby.

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