domingo, 25 de enero de 2009

Siete almas


¿Y para qué iremos al cine? ¿O al teatro? ¿O para qué abriremos un libro o besaremos unos labios? Para conocer, y para emocionarnos. El lenguaje puede funcionar como instrumento de conocimiento, a través de las palabras podemos analizar o definir, pero creo que siempre queda un halo de misterio que somos incapaces de aprehender y, posiblemente, ese halo que siempre nos circunda y que siempre se nos escapa es el maravilloso ingrediente secreto de la salsa de la vida.

Así las cosas, podemos definir Siete almas como un título lacrimógeno y convencional, pero dotado de ese toque inaprensible que logra emocionarnos. Siete almas es un producto para el gran público, afortunadamente, pues al disfrutarla en una sala abarrotada se siente el silencio conmovedor de la emoción, de la película que llega a nuestro corazón y al de quien tenemos al lado. Siete almas es una historia de Hollywood orquestada por un europeo, Gabriele Muccino, que sabe darle ese inusual toque de lo poético, como un abrazo sincero, una caricia enamorada o unas palabras tan sabias como las de nuestro Cervantes:

“Es amor
un no sé qué
que viene
no sé por donde
que se va
no sé por qué.”

Al igual que un torrente de hermosos versos, Siete almas no da respuestas, pero enciende emociones.

No se la pierdan.

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